"la poesía es un espejo/ que muerde" --Jorge Arturo, El Blues del aprendiz

miércoles, 21 de marzo de 2012

Rogelio Treviño per semper

El 22 de febrero trascendió la muerte por hipotermia del poeta chihuahuense Rogelio Treviño, a los 58 años. Sus restos sin identificar habían sido hallados desde hacía aproximadamente un mes. Es sin duda una gran pérdida para la poesía mexicana pero sobretodo para los que le conocímos. Algunos titulares de los periódicos en tonos románticos aseveran que murió en el abandono de sus amigos y su familia. Treviño no era un hombre que se pudiera abandonar, quienes lo quisieron sabrán a que me refiero, primero habría que encontrarlo y él, como buen artista, estaba siempre en el camino solitario e inexplorado. Los poetas eligen llevar una vida, no es indispensable que los demás entiendan esta elección. Y él tampoco nos abandona, cuando él obsequiaba su amistad como bien lo escribía en las dedicatorias lo hacía "per semper".

Quiero dedicarle esta entrada en el blog porque a pesar que le conocí poco sé que su obsequio y todo él, eran genuinos.

Este es un poema que yo no sabía, lo había escrito para él:
Frío

I

Una caricia
un vaho de escarchas afiladas
despierta la piel
lucidez de la carne
que sacude
con la confianza de un buen amigo

han vuelto tus días
a dibujar la tibieza del aliento
blanco   puro
como un hálito
de las palabras
de la vida
II

Culminará la espera de la muchacha
con el abrazo del pretendiente tímido
por la noche
         en la alcoba
se traslaparán los esposos
que hacía tiempo no se rozaban


III

Ya han vuelto tus días
         blanco como un hálito
y aquel vago
este viejo
y ese pequeño con fiebre
descansarán el rubor de los sobresaltos
en tu remanso violeta./

Tuve el gusto de conocer a Treviño en Fortín de las flores, Veracruz. Ambos respondíamos a una invitación de La Unión Estatal de Escritores Veracruzanos A.C. (que continúo agradeciendo a la Mtra. Sandra Gallardo) y el H. Ayuntamiento Constitucional de Fortín para su XIII Encuentro Nacional de Escritores, del 25 al 27 de junio del 2010 en dicha ciudad.
  
Por fortuna y gracias a los organizadores fuimos hospedamos juntos en la suite Margarita del Hotel Fortín de Las Flores. Yo había hecho un viaje pesado hasta allá, así que la noche de mi arribo no quise salir a dar la vuelta. Me parece que Rogelio pensó igual, ya que llegó poco después que yo a la habitación. Es una ironía, porque a pesar de estar confinados por nuestro cansancio, la plática se fue animando.

Treviño se acercó en silencio a una pequeña mesa con su libreta y me preguntó mi nombre, para su diario me dijo, en el pasado había convertido sus anotaciones en una novela, agregó como una travesura. De ahí en adelante ya no paramos de hablar sino hasta alrededor de las 4 de la mañana. Me bastó esa noche para saber que aquel hombre natural y achispado en constante asombro, era un buen poeta y excepcional ser humano. Una conversación ecléctica, con un pensamiento vasto y por encima de todo extremadamente vital. Hablamos de todo: de híkuri (me quedo con un viaje pendiente a Chihuahua), mucho Castaneda, que la cosa allá estaba fea que ya se habían acercado a preguntarle: "¿Quiere que le mandemos flores?", de los puntos siempre coyunturales entre poesía-plástica, de algunos artistas con los que había tenido proyectos como su paisano el escultor Sebastián, "La novia puesta al desnudo por sus solteros" (El gran vidrio) de Duchamp,  de poesía obviamente, de hecho, leímos un poco de lo que cargábamos con nosotros, él me leyó algo de su último libro "La virgen en el laberinto", una lectura honda y vertiginosa, de la que recuerdo bien un par de versos "El tiempo es el ojo del diablo/ el instante es el ojo del poeta". Sería un crimen mayor que este libro quedara inédito.

Así estuvimos hablando toda la noche en camas paralelas, con ese aire del cuarto compartido por hermanos, nosotros emparentados por la poesía, esa otra sangre. Al final, Treviño me dejó una promesa con respecto al camino del poeta: "llega un día en que el dinero no existe".

Este encuentro de escritores fue la primera y última vez que lo vi en persona. Luego le hice llegar a su casa en la Av. Yucatán allá en Chihuahua, El libro de los cinco anillos de Musashi Miyamoto y otro no muy bueno sobre la obra de Castaneda que le habían prometido a raíz de nuestra conversación. Él no usaba el correo electrónico, así que con el perdón de mi recibo telefónico le marqué unas cuántas veces a su celular, no fueron muchas. Tenía la procrastinadora esperanza  de volver a verle pronto.

=o0o=

Estas son algunas fotografías que tomé del poeta enfrentándose a la mañana del 26 de junio con la cabeza desnuda–, ahora una elegía visual de su lucidez y vehemencia:





Les dejo también una entrevista que está en youtube, los créditos de los autores del video están especificados en dicho sitio electrónico, a ellos muchas gracias (basta con darle click a la imagen). Me parece, conserva la frescura de su plática (40 min. de duración):

Por último, el mejor homenaje que se le puede hacer a un autor es leerlo. Es triste pero incluso muchos lectores de poesía le desconocían. Dando click en la imagen de su libro abajo pueden descargar algunos de sus poemas que no son fáciles de conseguir, incluye Septentrión, el poema al que hace referencia en la entrevista de los videos:
Pertenecen a su libro La lámpara en el granero. Obra reunida (Instituto Chihuahuense de la Cultura/ Universidad Autónoma de Chihuahua/ Universidad Autónoma de Juárez. Col. Rayénari. Chihuahua, 2009); desconozco dónde pueda adquirirse, ojalá y puedan conseguirlo.
Descansa en paz.

ROGELIO TREVIÑO (Chihuahua, Chihuahua, 30 de abril de 1953-2012). Poeta, narrador, dramaturgo, ensayo y periodista. Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes David Alfaro Siqueiros en la categoría de Creadores con Trayectoria con el proyecto de cuento El amor sólo cambia de rostro. Recibió el homenaje por su valiosa aportación literaria a la literatura Chihuahuense y su vasta trayectoria de cuarenta años dedicados a las letras. Publicó en: El Fronterizo, Unomásuno, El Universal, Excélsior, Novedades, El Nacional, El Heraldo y Diario de Juárez. En las revistas Siempre, El cuento, Vaivén, AZAR, Palabras sin arrugas, Synthesis, La palabra y el Hombre, Bellas Artes de México. Entre sus obras de cuento y novela destacan: Hombre de un solo lado, El amor sólo cambia de rostro, Pie sombra, La mujer que no fui (Premio Chihuahua 1993). Y entre sus obras perdidas se encuentra La diosa botella, La dulce nave, La ventana en el árbol, Música para un cuerpo y Cordones. LIBROS DE POESÍA: Lámpara de piedra (La plancha, 1983), Líneas para Sofia (UAM, 1984), El vértigo de las tentaciones (Colectivo, UACH), Viajero inmóvil (Universidad Autónoma de Zacatecas/Praxis/Dos filos, 1987), Septentrión (AZAR, 1993; Premio Chihuahua 1991), La canción en la torre (Edición bilingüe editorial Ponciano Arriaga, 1998; 1997, mención honorífica en el premio binacional EU-México, Pellicer-Frost), Luz de ámbar (1991), Samalayuca (siete poemas para la desaparición. 1991), Canciones para Laksmi (1997), Ceugant. El caballero que se venció a sí mismo (La Nave de Saidha, 2001), Cíbola (Poema no humano para Cíbola/ UNAM, Col. Ala del tigre, 1999), Rapsodia para una dama de ladrillos (2005), La lámpara en el granero. Obra reunida ( Libro del cuál se tomó está ficha biobibliográfica). Deja sin publicar el poemario "La virgen en el laberinto", pongo toda mi esperanza en que esta obra se rescate y se publique.